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04 Oct
LA ACTITUD MEDITATIVA

La actitud meditativa es un factor de gran transformación ya que nos permite darnos cuenta y centrarnos en el instante presente haciendo posible una percepción global de nosotros mismos. En la mayoría de personas la atención es muy variable y está constantemente condicionada por juicios, prejuicios, creencias, y patrones mentales no observados, siendo una atención poco fiable y meramente superficial. 

La actitud meditativa es básicamente el guardián de la mente y nos permite estar atentos a nosotros mismos, incrementando nuestra vitalidad y nuestra capacidad de reflexión consciente y por lo tanto nos da la posibilidad de observarnos, descubrirnos y conocernos de manera más profunda, honesta y sincera. Una actitud meditativa indulgente hacia nosotros mismos nos permite comprendernos, entendernos y evolucionar hacia estados más conscientes y elevados. 

Es de vital importancia que seamos capaces de llevar la actitud meditativa a nuestra vida cotidiana y que la incorporemos a todas las actividades que realicemos a lo lardo del día, debería ser nuestra fiel compañera, así podremos transformar nuestros patrones mentales mecánicos y limitantes obteniendo una mayor comprensión en relación a todos los movimientos que nuestra mente ejecuta constantemente, de esta manera podremos potenciar lo mejor de ella misma y tomar la decisión de no alimentar todo aquello que genera en nuestro interior estados de confusión, de aversión, de miedo, de sufrimiento, de engaño  y de conflicto. 

La actitud meditativa nos lleva a mantener una atención disciplinada y vigilante hacia nuestra propia mente y nos permite alejarnos de la ofuscación y de todas las tendencias nocivas que nacen de ella misma, cultivar una actitud meditativa sana hacia nosotros mismos nos aleja de la ignorancia y nos permite avanzar de manera más consciente y sabia en la experiencia humana, entendiendo a dicha experiencia como un proceso de autodescubrimiento de nosotros mismos, siendo conscientes que hemos venido a este planeta a saber quien somos más allá de lo que vemos cuando nos miramos en el espejo.

 El filósofo budista Asvaghosa (80 – 150 d.C.) lo explicaba de la siguiente manera:

 “Mantén la atención y la clara comprensión en todas las actividades, al estar sentado, al permanecer de pie, al caminar, al mirar, al hablar. El que está situado en la atención como un guardián a las puertas de su mente, no puede ser invadido por las pasiones, igual que una ciudad buen guardada no puede ser conquistada por el enemigo.

 Ninguna pasión surgirá en aquel que ha obtenido la atención en el cuerpo, protegerá su mente en todas las circunstancias igual que una nodriza protege al niño.

Aquel que carece de la armadura protectora de la atención es verdaderamente un blanco para los apegos, al igual que un guerrero en la batalla, su cota de malla está expuesto a las flechas de sus enemigos. 

Al corazón no protegido por la atención debe verdaderamente considerársele completamente indefenso. Se asemeja a un ciego sin guía por un terreno escabroso”  

A lo largo de la historia muchísimos sabios y maestros han insistido en los beneficios de mantener una actitud meditativa en nuestra vida cotidiana. Todos ellos han explicado que la mente es el origen de todos los peligros y que la atención plena nos permite descubrirlos y transformarlos. Evidentemente es necesaria una asentada motivación y una clara intención para aprender a controlar, contener o dirigir los pensamientos que brotan constantemente de nuestra mente, pero si iniciamos el camino de la actitud meditativa, a parte de fomentar estados mentales sanos y productivos, podremos erradicar de nuestra mente los pensamientos insanos que ya existen en ella y también tendremos la posibilidad de evitar que otro tipo de pensamientos insanos o creencias limitantes se incorporen a ella. 

Cuando incorporamos la actitud meditativa a nuestra vida y nos beneficiamos de todo lo que nos aporta entendemos que dicha actitud es el camino que nos permite regresar a la serenidad, a la ecuanimidad, al equilibrio, a la paz y a experimentar esta vida con más consciencia y sabiduría.

 Jordi Y Eva

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