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02 Jan
¿POR QUÉ MEDITAR?



Muchos son los que ejercitan el cuerpo, muchos son los que atienden a su dieta y se ocupan de ingerir aquellos alimentos que consideran saludables para sí mismos, pero no son tantos los que se dedican a atender a su mente valorándola como una parte esencial de ellos mismos, de su vida y por lo tanto de su salud. 


Hipócrates, considerado el padre de la medicina moderna, afirmó lo siguiente; “deja que tu comida sea tu alimento y que tu alimento sea tu medicina”, pero también nos dejó la siguiente y no menos importante reflexión “es mucho más importante que persona tiene la enfermedad que qué enfermedad tiene la persona”. Después de leer estas dos reflexiones, entre muchas otras que nos dejó el médico y filósofo griego, podemos considerar lo importante que es elegir los alimentos más adecuados para nuestra salud, pero también debemos valorar lo importante que es saber quiénes somos, ya que es muy probable que desde ese desconocimiento estemos creando la mayoría de los desequilibrios físicos que experimentamos, de ahí la importancia del principio socrático “conócete a ti mismo”.


Pues si de conocernos a nosotros mismos se trata, debemos estar mucho más atentos de lo que lo hemos venido haciendo hasta el momento, para ello la meditación, entre otras prácticas, es un camino de auto conocimiento que nos aporta mucha información de nuestra estructura psicológica, de nuestra verdaderas intenciones cuando hacemos lo que hacemos y decimos lo que decimos, así como de todos aquellos aspectos internos e inconscientes desde los que estamos creando constantemente nuestra realidad, tanto la realidad interna como la externa.


Centrándonos en la meditación queremos señalar que meditar va mucho más allá de encontrar un bello y agradable estado de relajación. La meditación nos permite adiestrar la mente y liberarla de sus ataduras egocéntricas,  así como de manifestar estados más estables y conscientes de nosotros mismos, estos estados de auto consciencia, también llamados “actitud meditativa” nos permiten interpretar la vida de una manera más beneficiosa y productiva, es evidente que el banco de pruebas de la meditación es nuestra vida cotidiana ya que en la medida que nos vamos conociendo y cultivamos nuestra mente, esos cambios internos se manifestarán en nuestra realidad externa, ya sabes, como es a dentro es a fuera.


Evidentemente lo esencial es la práctica, meditando aprendemos a meditar y para ello la paciencia, la disciplina amorosa y la aceptación son premisas indispensables. La meditación permite que se agriete la estructura de nuestra personalidad y cuando esa fisura se agranda se crea el espacio necesario para que florezca una nueva manera de vivirse y de vivir la vida. El camino de la meditación nos conduce a un desapego de los esquemas mentales obsoletos y limitantes, meditar nos permite vaciarnos de los juicios y prejuicios que invaden nuestras mentes, meditar es una manera poco conocida de desnudarse, pero cuando la practicas te das cuenta que se vive mucho mejor desde esa desnudez. 


Cuando meditamos nos damos cuenta que en nuestro interior existe un testigo y que siempre ha estado ahí, a nuestra disposición. Al meditar conectamos con esa capacidad de atestiguar lo que acontece en nuestro interior y valoramos la posibilidad de convivir de manera permanente con ese testigo, más adelante nos damos cuenta que es imposible ignorarlo y nos empezamos a identificar con él, ese día es el día de la gran revelación ya que descubrimos que ese testigo es nuestra verdadera identidad, ESE TESTIGO SOMOS NOSOTROS. Desde esta perspectiva nos damos cuenta que el único sendero que debemos caminar es aquel que nos transforma en lo que realmente somos ya que todo lo demás es entretenimiento lelo, desde esa perspectiva también nos vaciamos de todo lo que no somos, de todo aquello que hemos acumulado sin darnos cuenta, de todo el lastre pesado y limitante que llevamos a nuestras espaldas pero que hemos normalizado a lo largo del tiempo.


Meditar no es dejar la mente en blanco, meditar es observar a nuestra mente sin juzgarla, meditar es entrenar la capacidad de asumir las propias responsabilidades, meditar es entrar en un estado de observación hacia nosotros mismos, cuanto más lo hacemos más se desmorona todo lo que hemos creído ser y más nos acercamos a quien verdaderamente somos. Debemos tener presente que ese acercamiento a lo que somos es un proceso único y personal y que debe estar exento de expectativas y de comparaciones, somos seres únicos y el camino que nos conduce hacia nosotros mismo también lo es. Al meditar nos damos cuenta que lo único que hemos anhelado durante tanto tiempo es a nosotros mismos.


MEDITAR PARA SENTIR DIFERENTE Y CREAR DIFERENTE

 MEDITAR PARA FOCALIZAR LA MENTE

 MEDITAR PARA CREAR PAZ Y EQUILIBRIO

 MEDITAR PARA PERCIBIR EL PRESENTE 

MEDITAR PARA CONTEMPLARSE INTERIORMENTE

 MEDITAR PARA ACEPTAR LO QUE SOMOS 

MEDITAR PARA COMPRENDERSE

 MEDITAR PARA FUSIONARSE CON LA VIDA

 MEDITAR PARA NADA Y DESDE AHÍ ABRIRSE AL TODO

 MEDITAR PARA AMARSE Y AMAR


Jordi y Eva

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